El horror tentacular...

Llevaba bastante tiempo retrasando el hacer esta ilustración. Mientras unas veces era de manera totalmente involutaria (andaba dedicado mi tiempo a otros proyectos) otras veces era algo totalmente intecionado al sentirme incapaz de encontrar el correcto encuadre y composición para realizarla. Sabía exáctamente qué quería dibujar pero no sabía cómo. Ayer, por fín, se me iluminó la bombilla. Había llegado la hora de hacer algunos garabatos....

Ésta será la portada de mi última historia realizada (hasta el momento) para el serial de la  Liga de la Justicia que vengo desarrollando para la web Tierra-53 . Ya os sonará para los que sois habituales de este blog pues no es la primera vez que lo menciono. Y supongo que al ver la ilustración habréis captado la broma implícita en el título de la entrada. Tengo que reconocer que en parte esos tentáculos fueron los responsables de que no me hubiese puesto a dibujarla antes. 

Para un dibujante (sobre todo si es amateur) no resulta nada divertido dedicar tiempo a los fondos en las ilustraciones (¿quién querría pasarse horas dibujando tentaculitos o ventanas en edificios?) pero no debemos negarles su importancia a la hora de plantear y/o realizar una ilustración. Unos fondos mal gestionados (o no contemplados en absoluto) pueden ser la diferencia entre una ilustración absolutamente genial o un dibujo simplemente chulo. ¿Cómo explicarlo? Son como la salsa en un buen guiso: un exceso en su elaboración o presentación (o la falta de ella) pueden arruinarte completamente el plato pero si la sirves en su justa medida te permitirá disfrutar de sabores y matices maravillosos (¿Se nota que cocino en casa?) Y dirás "¿A qué viene tanta paliza sobre los fondos?" En las últimas semanas ha sido un tema...de conversación dentro del grupo de autores de Action Tales y me ha venido a la cabeza a la hora de escribir este post. Así que recordad (tomaré yo también nota mental de ésto): dedicarle más atención a los fondos de tus ilustraciones no es una pérdida de tiempo. Es una inversión para conseguir un resultado final mejor.

¡Atómicos saludos!