Si, tengo que reconocer que estoy chapado a la antigua: a pesar de todas los recursos que tienes hoy en día para comprar tus comics vía web, sigo prefiriendo dar un paseo hasta mi tienda de cómics y dar un vistazo a ver que novedades hay en ese momento. Si la situación no fuese la que es mis compras serían mucho más regulares pero este verano he tenido la oportunidad de resarcirme y adquirir una obra a la que le tenía ganas y que, por una razón u otra, no había pasado aún por mis manos. Hablo de Ibéroes 2: Día Libre.
Ibéroes es la obra creada por Íñigo Aguirre (con color de Javier Tartaglia) que en 2009 irrumpió en el mercado con una notable repercusión mediática. De marcado caracter humorístico (un género con tradición de un cierto éxito dentro del mercado comiquiero español) el cómic nos narra las aventuras del ¿mayor? grupo de superhéroes que operan en la península ibérica. Ante esta premisa era inevitable que a la memoría acudiesen imágenes del famoso Supergrupo de Efepé y Jan pero Íñigo sale airoso de la comparación presentando unos personajes que son algo más que parodías de los personajes más clásicos. Desde la encantadora Tina Gelatina hasta los divertidos hermanos Birli y Birloque, todos los protagonistas terminan siendo terriblemente carismáticos al terminar el tebeo (aunque tengo que reconocer que, de todos, mi preferido es Ramón del Valle, el misterioso vejete de larga melena, mala leche y poderes eléctricos...) El cómic es, indudablemente, hijo de su tiempo y las referencias a la cultura popular, al frikismo y a las tendencias de su momento (Viriato, por ejemplo, obtuvo sus poderes al ser el ganador de un reality-show) son continúas, llenando el comic de pequeños detalles que disfrutas al descubrir. Pero lo que más me gustó de todo era que el humor, más allá de surgir de una situación absurda o un chiste momentaneo, procede de los diálogos y la interacción de los personajes, recordándome enormemente a la nunca-suficientemente-valorada etapa de Giffen y DeMatties en la Liga de la Justicia Internacional. ¡Diablos, Ibéroes: La Guerra de las Rosas consiguió que tuviesen que llamarme la atención en público por reirme tanto al leer un cómic, algo que hacía años que no me pasaba!
Dos años depués de aquella obra el mismo equipo artístico nos ofreció una segunda parte, la mencionada Día Libre. El humor, las bromas, los diálogos divertidos, las referencias culturales y frikis... todo eso seguía estando ahí en un comic que amplía exponencialmente el universo Ibéroes, en un carrusel casi vertiginoso de nuevos personajes y situaciones... que se queda corto para una única entrega de este peculiar grupo. Y he aquí el único fallo que puedo achacarle a esta obra y es su dilatada periodicidad. ¿Es suficiente un número cada 24 meses para asegurarse un lugar dentro del mercado? Supongo que habrán muchas y buenas razones para el tandem Aguirre/Tartaglia tengan que operar de esta manera (todos conocemos la situación del mercado del comic en España, sobre todo del de producción nacional) pero sólo espero que no se demoren mucho más y que pronto podamos tener una continuación de este divertido proyecto (Me muero de ganas de ver como resuelven lo de Andy Androide...)
¡No dejéis de buscarlos y adquirir los vuestros!!
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